Tres palabras. Bastan tres palabras para que tu vida pase de ser una pasada a una bazofia. De un sueño dulce a una pesadilla horripilante. De un Ferrari a un Seat Panda.
En pocas ocasiones encontraremos frases tan cortas que causen tan grande efecto sobre las personas. Depositamos esperanza, tiempo, e ilusión y damos el paso. Nos desnudamos (metafóricamente) y nos presentamos tal y como somos. Algunos sinceros, otros no tanto, pero en lineas generales vendiendo al receptor/a nuestras mejores virtudes.
A veces, una vez hemos declarado nuestras intenciones, nos invade el remordimiento (el ser humano es así) porque pensamos que nos hemos precipitado, o nos empezamos a imaginar una vida con unas ataduras y responsabilidades que nos asustan. Pero el paso ya esta hecho. Y esperamos una respuesta, que a veces es inmediata, y otras tarda en llegar. Un día, recibes una llamada, o te llega un mensaje. Ves de quien es, tu corazón empieza a palpitar, se incrementan las pulsaciones… Es el momento de la verdad.
“Ha sido descartado”. Tres palabras que rompen en pedazos los sueños que tenias de una vida mejor, con las que poder tener ingresos con los que podías convertirte en una persona normal y socializarte y llegar a ser mas que un simple inútil al que todo el mundo invita a un café. Dejar de ser ese al que no llamas porque no tiene dinero para ir a cenar, o ese al que las mujeres no miran pues no tiene genes de triunfador. “Ha sido descartado” hace que, por el momento, no puedas llegar ni a ser un Pagafantas, pues no te llega ni para eso.
Tres palabras bastan para esto. Y con la moral por los suelos, recuerdas ese mensaje, aun mas corto, que te tocaba siempre en las bolsas de patatas: “Siga buscando”. Y sabes que seguirás comprando bolsas de patatas en este colmado que es la vida. Pues aunque hoy has sido descartado, mañana te puede tocar el premio.
En pocas ocasiones encontraremos frases tan cortas que causen tan grande efecto sobre las personas. Depositamos esperanza, tiempo, e ilusión y damos el paso. Nos desnudamos (metafóricamente) y nos presentamos tal y como somos. Algunos sinceros, otros no tanto, pero en lineas generales vendiendo al receptor/a nuestras mejores virtudes.
A veces, una vez hemos declarado nuestras intenciones, nos invade el remordimiento (el ser humano es así) porque pensamos que nos hemos precipitado, o nos empezamos a imaginar una vida con unas ataduras y responsabilidades que nos asustan. Pero el paso ya esta hecho. Y esperamos una respuesta, que a veces es inmediata, y otras tarda en llegar. Un día, recibes una llamada, o te llega un mensaje. Ves de quien es, tu corazón empieza a palpitar, se incrementan las pulsaciones… Es el momento de la verdad.
“Ha sido descartado”. Tres palabras que rompen en pedazos los sueños que tenias de una vida mejor, con las que poder tener ingresos con los que podías convertirte en una persona normal y socializarte y llegar a ser mas que un simple inútil al que todo el mundo invita a un café. Dejar de ser ese al que no llamas porque no tiene dinero para ir a cenar, o ese al que las mujeres no miran pues no tiene genes de triunfador. “Ha sido descartado” hace que, por el momento, no puedas llegar ni a ser un Pagafantas, pues no te llega ni para eso.
Tres palabras bastan para esto. Y con la moral por los suelos, recuerdas ese mensaje, aun mas corto, que te tocaba siempre en las bolsas de patatas: “Siga buscando”. Y sabes que seguirás comprando bolsas de patatas en este colmado que es la vida. Pues aunque hoy has sido descartado, mañana te puede tocar el premio.